jueves, 2 de julio de 2009

Alicia y Abencia. Lo que no se nombra



miércoles, 01 de julio de 2009
Rosa Montalvo Reinoso

Mientras el mundo lloraba la muerte de Michael Jackson tan ampliamente difundida por la prensa, en el Perú otra muerte conmocionaba al país, y especialmente a los fieles seguidores de la cantante Alicia Delgado. La “Princesa del Folklor” fue encontrada en su departamento con signos de haber sido brutalmente asesinada.

El crimen podría ser uno de los 14 feminicidios que se producen en el Perú cada mes, en su mayoría cometidos por hombres contra sus esposas, amantes, e incluso a mujeres que no los aceptan, que llaman poca atención de la gran prensa y suelen ser presentados como crímenes pasionales en las páginas policiales, quedándose rápidamente en el olvido.


Pero en este caso, hay dos factores que hacen que se mantenga durante días en los medios y que compita con las informaciones sobre el astro del pop e incluso con el golpe de Estado en Honduras. Además de la fama que en amplios sectores tenía Alicia Delgado en amplios sectores, cuyo reciente éxito “Cáncer de amor” parece ser una premonición de lo que le sucedería, estaba la relación que mantenía con otra famosa cantante de música andina, Abencia Meza, de quien se sospecha tendría que ver en el asesinato.

La relación de ambas era vox populi en su medio y en el ambiente farandulero limeño, en especial los programas televisivos y la prensa chicha que aprovechaban cualquier espacio para hacerla noticia y elevar su rating. Y ambas se prestaban para ello, dicen como una forma de mantener y elevar su fama, utilizando su relación no nombrada, en una especie de juego ambiguo que sugería, casi decía, pero no se terminaba por admitir de manera pública.

Un punto de quiebre fue la denuncia por violencia física que Alicia le puso a Abencia hace aproximadamente un mes, y que fue trasmitida por los programas de farándula y generó que los animadores de Enemigos Íntimos, las convocara a ambas buscando ser los artífices de la “reconciliación”. No se cuestionaba para nada en el programa, la violencia que existía entre ellas.


La situación más bien abonaba al show, a la puesta en escena que se desarrollaba entre las huellas moradas que mostraba Alicia, su negación a perdonar la ofensa, y las disculpas de Abencia a ella y a su público. ¿Cuánto subiría el rating del programa esa noche??
“Yo nací así fuerte, aunque tengo que medir las consecuencias,” decía Abencia, como si eso pudiera excusar la violencia. Mientras tanto, Alicia planteaba, sin así decirlo, que mientras no se visibilicen determinadas situaciones, traerían menos consecuencias: “yo no sabía que se iba a hacer público, lo hubiera resuelto de otra manera.” ¿Cómo lo habría resuelto? nos preguntamos. ¿Cómo podría haber roto el círculo de la violencia ante el acoso de la prensa que se dio cuando inició la ruta crítica, al atreverse a denunciar la golpiza?“La violencia entre lesbianas no es una violencia sistemática: es un medio de asegurar el control personal de una individua sobre su compañera. Ella no está sostenida y reforzada por el matrimonio y la familia, la dependencia económica, la división sexual del trabajo, la desigualdad salarial estatutaria entre los sexos y un sistema judicial más tolerante hacia el agresor," señala Irene Demczuk (1). Y no parece equivocarse en este caso según el testimonio de Raquel Calderón Martel, amiga de Alicia, quien exige que se investigue a Abencia, porque según señala: “La torturaba física y psicológicamente.


Su vida junto a Abencia fue un infierno. Celaba a Alicia, no la dejaba en paz.”La violencia en las relaciones de pareja entre mujeres es algo de lo que casi no se habla, menos aún en el espacio público, y si en este caso se expone tan crudamente es por la fama de las protagonistas y ahora por el aderezo que le agrega el crimen.

Por otra parte, es muy interesante como la prensa se refiere a la relación entre ambas artistas: “intima amiga” así entre comillas, la “mejor amiga”, los “nueve años de relación amical” la “inseparable amiga”, y en el mejor de los casos la “supuesta pareja sentimental”.

“Todo lo que no es nombrado, no descrito en imágenes, todo lo que se omite en las biografías, lo censurado en las colecciones de cartas, todo lo que se disfraza con un nombre falso, lo que se ha hecho de difícil alcance y todo cuanto está enterrado en la memoria por haberse desvirtuado su significado con un lenguaje inadecuado o mentiroso, se convertirá no solamente en lo no dicho sino en lo inefable.” (2)

Abencia, con el dolor a cuestas luego del descubrimiento del asesinato de su compañera, lo ha nombrado abiertamente. “Ella era la mitad de mi vida, dejé a mi familia, a mi hijo para darle todo,” dice frente a las cámaras, debiendo exponer su amor como intentando con ello eliminar la carga de sospecha que sobre ella se cierne.

Alicia fue despedida por sus familiares, por sus cientos de admiradores y admiradoras al ritmo de sus canciones más conocidas y de las canciones que más apreciaba. La única que no pudo asistir al entierro, por prohibición expresa de la familia de Alicia, fue Abencia, quien intentó rendirle homenaje a lo lejos y no resistió la emoción, terminando internada en un hospital. Si elimináramos por un instante la sospecha que se cierne sobre Abencia y la violencia que existió en la relación, si pensáramos en una relación en que estos dos elementos no hubieran existido ¿no sería injusta esta situación? ¿No sería injusto que no haya ninguna ley que hubiera posibilitado a Abencia el derecho a enterrar, a despedir a su pareja de nueve años?

Luego de las declaraciones del chofer y del hermano de Alicia, quien en una entrevista telefónica ha acusado abiertamente a Abencia, aprovechando además para enfatizar que la familia se sentía avergonzada por la relación con “no se si será señor o señora, yo la veo como un monstruo”, queda mucho aún por dilucidar en este juego de imágenes, de espectáculo trágico por el tratamiento que hace la prensa de un doloroso hecho.

Aquí vale mencionar como el rating, amo y señor del espectáculo, disemina cualquier escrúpulo, rompe cualquier código, viola todas las fronteras. En la última entrevista realizada a Abencia Meza en Enemigos Íntimos, ella empieza a hablar de situaciones muy íntimas y pregunta “oye, ¿no estás grabando, no?” escuchándose en off que no, y ella confiada sigue haciendo confidencias a los entrevistadores, para que luego se difunda como gran noticia lo que les contó. Espectáculo, crimen, lesbianismo, fama y falta de ética se conjugan en esta historia que esconde e invisibiliza lo que es el asunto central, la violencia -que vale decir no es patrimonio de las relaciones lesbicas u homosexuales como algunos están sugiriendo-, el feminicidio, la intolerancia que existe en la sociedad y que en este caso apenas se disimula entre las bambalinas.

Notas

(1) Demczuk, Irene. 1993. La violence entre femmes ; une violence non-systèmique. Article soumis pour publication à la revue Labrys.(2) Rich Adrienne1983. Sobre secretos. Mentiras y silencios. Editorial Icaria